(Relato corto escríto para el Juego de las Frases VIII del Ka-Tet Corp.)
Antonio miró a la Chata despanzurrada en el piso, rara vez se movía de ahí, después de 16 años su vida ya era mas pasiva que las cuentas del banco de Antonio, este le habló desde la cama, -Chata! Chatita! ven acuéstate aquí con nosotros!- pero la perra solo movió los ojos hacia el, y refunfuño en su tapete...
Julieta y Antonio tenían ya 8 años viviendo juntos, se habían casado con todas las de la ley en contra de lo que sus padres querían, -son muy jóvenes para casarse! esperen unos años y luego que estén bien seguros lo hacen!- decían ambas parejas, pero Antonio y Julieta a pesar de sus 16 años sabían lo que querían, se amaban, y querían pasar el resto de su vida juntos... había quien decía que se casaban porque se habían comido la torta antes de recreo, lo cierto es que no, si habían tenido relaciones antes de estar casados, pero ni estaban embarazados ni había alguna cosa parecida...
La Chata roncaba mientras Antonio contemplaba a Julieta dormir de espaldas a él, se habían acostumbrado a dormir de espaldas uno del otro porque ambos roncaban, eran sus pequeños secretos y concesiones que después de 8 años se crea uno como pareja, mientras la veía pensaba en lo felices que eran, nadie dudaba de su amor, hacía apenas un par de horas de que habían hecho el amor como locos al grado de que la Chata salió corriendo a la cocina del escandalo que armaban ambos, el se había dormido enseguida (como siempre le pasaba) y supuso que Julieta tardó un poco en dormir, pero ahora el estaba despierto y era ella la que dormía... como la amaba... daría todo lo que tenía por ella...
Julieta se sabía observada, respiraba mínimamente para evitar que Antonio se diera cuenta de que estaba despierta, una lágrima cruzaba su cara, sabía que Antonio la amaba, y eso le dolía mas que cualquier otra cosa, ella lo seguía queriendo, pero no de la misma manera que hace unos años, se habían casado muy jóvenes, ella lo sabía, pero Antonio siempre fue su mejor amigo, su mas fiel compañero, se conocían desde la primaria y eran inseparables desde entonces, sus amigos decían que estaban predestinados, que su vida era inimaginable sin el otro, su relación creció primero como amigos, luego casi como hermanos, después como amantes, al final como esposos... 8 años antes de casarse... 8 años ya casados... 16 años juntos, mas de la mitad de su vida, nunca tuvieron tiempo de vivir otra relación, nunca experimentaron con nadie mas... ella era de él, y él de ella... hasta hace unos meses...
Gloria la había conquistado, con sus palabras, sus cariños, su forma tan inesperada de ser, siempre viva, siempre alegre, siempre jocosa, había siempre una palabra sabia, un chocolate para esos días difíciles del mes, no había que dar explicaciones, no había que dar nada a cambio, Gloria sabía que ella no le interesaba mas que como amiga, ella le había confesado que era gay pero que entendía que Julieta no lo fuera y la respetaba, sin embargo algo se abrió en Julieta, se enamoró, se dejó conquistar, no sabía si era real o no, pero quería a Gloria, una tarde se lo dijo... Gloria le pidió que pensara bien, que ella también la quería, pero que sabía bien que es fácil confundir las cosas, que quizá era solamente un espejismo, que no tomara una decisión a la ligera porque ninguno de los 3 se lo merecía... de eso ya 2 semanas y Gloria había decidido alejarse de ella para que no fuera una influencia...
Julieta había vivido las 2 semanas mas duras de su vida, Antonio era su esposo y lo quería, pero sufría al sentirse lejos de Gloria, todo la hacía recordarla, cada ruido, cada aroma, y no lo soportaba mas... lo había decidido... una hora antes de que Antonio llegara del taller le había hablado a Gloria y le había dicho que pensaba dejar a Antonio, que quería estar con ella mas que nada en este mundo...
Antonio llegó, le dio un largo beso y le preparó una cena deliciosa, luego fueron ambos a la recamara, ella sabía lo que quería Antonio, después de tantos años juntos uno conocía cada movimiento... lo dejó hacer... sabía que no era justo, pero la vida no es justa...
Ahora sabía que Antonio estaba despierto y contemplándola, le vino a la mente una frase que escucho en alguna canción... La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes... se volteó hacia Antonio y le habló...
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